Ciudad Juarez, Chihuahua,
Texto:Reyes Ramos Rodríguez
Fotos: Víctor A. Ramos


Cada vez que se aborda el tema de los conductores ebrios, la mayoría de las personas y los medios de comunicación nos remitimos a los accidentes en que miles de hombres y mujeres en todo el mundo pierden la vida a causa de esta actitud irresponsable de los alcohólicos; en el presente trabajo, abordaremos este problema desde una óptica en la que muchos de los afectados por un accidente de este tipo preferirían haber muerto a sobrevivir en la forma en que lo hicieron.

Las imágenes que se difunden a través de los anuncios publicitarios que se publican en prensa, radio y televisión, siempre nos presentan panoramas aterradores en donde se habla acerca de las cualidades de tal o cual persona que en cuestión de segundos, perdió la vida por la inconsciencia de un conductor ebrio, casi siempre un joven.

Sin embargo, existen una serie de lesiones derivadas de un  accidente de tráfico en el que el protagonista es un borracho que no midió las consecuencias de manejar en estado de embriaguez, unas de las más graves, las cerebrales, que hacen perder a un individuo una de sus más preciadas posesiones: la personalidad.

Y es muy común que quienes sufrieron este tipo de lesiones pierdan sus recursos, sus conocimientos, sus amigos y su libertad. Las víctimas promedio de este tipo de contusiones, son jóvenes entre los 15 y 25 años.Pocas lesiones son tan costosas de tratar - o tan devastadoras para soportarlas toda la vida- como las cerebrales.

Cada 50 mil millones de células del cerebro sostiene un ajetreado ir y venir de mensajes a lo largo de los axones y las dendritas que, como ramas, se unen para formar una intrincada red de conexiones. Cuando estas conexiones se destrozan a causa de una lesión, puede provocarse un daño instantáneo y catastrófico.

En la Fundación Devereux, institución de educación especial  y atención a trastornos mentales , con subsidiarias en casi todo Estados Unidos, se lleva a cabo desde 1982 un programa para pacientes con lesiones cerebrales , de los cuales el 66 por ciento está así por accidentes relacionados con la conducción de autos en estado de ebriedad.

Nuestro cerebro está equipado para resistir todas las necesidades de nuestra vida diaria, el líquido cefalorraquídeo que lo rodea actúa como amortiguador de los golpes cuando caminamos, cambiamos de dirección o caemos, inclusive. Sin embargo, un golpe de gran fuerza, como el súbito chocar con parte del armazón de un auto, puede devastar al cerebro.

Investigadores del Departamento de Ciencias Biomédicas del  Laboratorio de Investigaciones de la General Motors, explican los primeros milisegundos del impacto con un poste telefónico a 70 k.p.h., en el cual, la víctima no está usando el cinturón de seguridad que sujeta desde el hombro hasta la cintura:

Cuando el auto choca con el poste, se detiene bruscamente y luego rebota un poco. Entretanto, el conducto sigue desplazándose hacia adelante, pues su velocidad se incrementa con respecto a la del auto. Se estrella en el armazón a 40 o 50 kilómetros por hora; en ese instante decisivo, el cerebro, que pesa aproximadamente 1.3 kilogramos, tiene una fuerza de inercia de más de 205 kilos, lo cual explica las terribles lesiones a las que está sujeto. Como existe un espacio ocupado por el líquido entre el cerebro y la bóveda que lo protege, el cerebro puede realmente moverse con el impacto con relación al cráneo y este movimiento relativo es una de las principales causas de las lesiones cerebrales .

Frecuentemente, cuando el encéfalo se desliza hacia delante, choca con la parte frontal del cráneo, y luego rebota hacia atrás; el lóbulo frontal -que interviene de manera decisiva en el juicio, el dominio de sí mismo y la personalidad- resulta golpeado o lacerado. Al seguir el desplazamiento de la masa encefálica, pueden originarse pequeñas hemorragias y las neuronas pueden desprenderse unas de otras.

Por otra parte, las venas que forman puentes en la superficie del cerebro  llegan a estirarse y a romperse. Cuando estos vasos sanguíneos se desgarran, descargan sangre en el área libre entre el duro cráneo y el blando cerebro, bajo la membrana llamada duramadre. Un hematoma subdural de estos, que es un gran coágulo de sangre, puede matar a la víctima en unos cuantos minutos.

De acuerdo al comandante Adan Reyes, jefe del Departamento de Peritos de la Dirección General de Tránsito del Municipio, el alcohol interfiere en los reflejos, la coordinación y en general en todos los sentidos del conductor de un vehículo de motor, lo que propicia los elementos necesarios  para proivocar  un accidente de tráfico.

Hasta el 21 de noviembre de este año, 32 personas habían perdido la vida en accidentes viales como choques y atropellos, en los cuales, doce conductores manejaban sus vehículos bajo el influjo del alcohol en los siguientes parámetros: 7 en primer grado de ebriedad, 4 en segundo y 1 en tercer grado, además que de los 28 choques registrados con personas muertas, se derivaron 40 lesionados desde leves hasta graves.

Un estudio que efectuó Patricia Waller para la Universidad de Carolina del Norte, en Estados Unidos, reveló que los conductores ebrios corren mayor riesgo de sufrir lesiones graves, sobre el automovilista sobrio.

En la investigación, que abarcó poco más de un millón de accidentes automovilísticos ocurridos en Norteamérica, se encontraron datos que detallan los efectos de la ingesta de alcohol en el sistema nervioso, incluidos el cerebro y la médula espinal, que hacen al conductor ebrio más vulnerable a la muerte súbita. Además, estos estudios han puesto en claro que las lesiones cerebrales empeoran por la presencia del alcohol, que aumenta la inflamación cerebral.

El comandante Reyes comenta que estos resultados echan por tierra la falsa creencia popular que establece que un conductor, al estar ebrio, se encuentra más relajado y resulta menos probable que se lesione.

El funcionario policíaco resume esta aseveración manifestando que desde el momento en que una persona bebe la primer copa de alcohol, ya no se encuentra en sus cinco sentidos y de acuerdo al grado de embriaguez en que se encuentre, más alta es la incapacidad para conducir un vehículo de motor.

En el inicio de este mes, característico por las fiestas acompañadas de grandes cantidades de alcohol, la recomendación de las autoridades preventivas es que los conductores que se encuentren imposibilitados para manejar sus vehículos, se hagan acompañar de un amigo o familiar que los lleve hasta sus hogares o simplemente que pidan el apoyo de la autoridad municipal para que no sufran algo peor que la muerte .
manejar ebrio te puede llevar a
"ALGO PEOR QUE LA MUERTE"